viernes, 13 de enero de 2012

                                                     
                                                          

                                                             

                                                      MARCO'S HALL


                                             
En la lejanía de la selva
Se avista un caballo claro
Entre plantas y neblinas
Con un hombre encapuchado                         
                                             

Viene con el puño arriba Como lo ha hecho GenaroComo lo hizo cabañasY también el che guevara. Para gritarle al gobiernoEstamos hartos de miseria.De violencia y malos ratos Y que se gasten nuestra feria.Nadie sabe a ciencia cierta Cual es su nombre de bautizo,Pero aquí se puso marcosEntre puro indio y mestizo Y la mente en nuestra tierraSiempre nos esta observando Desde allá desde la sierra.Para abrirle el ojo al pueblo Y gritarle a los esquivosQue basta de injusticiasY de pasarse de vivos. Allá a lo lejos se divisaEntre humos y ceniza,Con tristeza y con sonrisas Y con la cara enardecidaDe coraje y de fastidioHey!!! Que tu lucha no es conmigo Es con todo aquel que te roba el abrigo Con aquel que te atraca con aquel que te mata Con aquel que gobierna con la mente de una vacaVuela, vuela palomita. Corre y dile a los farsantes,Que ya se acabo el agüita Pues llego el subcomandanteQue devuelvan lo robado,Que entreguen luego lueguito, Todas las tierras robadasY también el dinerito.Porque no permitiremos Ya mas trampa en plebiscitosPorque no permitiremosYa mas trampa en plebiscitos Ya con esta me despidoVoy a ver al comandante.Con la 'V' de la victoria, Hasta siempre y adelante.Como lo dijo Carlos PueblaY el amigo Oscar Chavez Hasta la victoria siempreHasta siempre y adelante,Hasta la victoria siempre Hasta siempre y adelante,Hasta la victoria siempreHasta siempre comandante Hasta la victoria siempreHasta siempre y adelante,Hasta la victoria siempre Hasta siempre... Comandante
 
 
 
                                                        
 
 

jueves, 12 de enero de 2012

TIN-TAN " VIVA "

                                   

PERSONAJES IMPORTANTES EN LA HISTORIA " EL ZARCO "

MANUELA: Personaje principal. Joven hermosa de rasgos finos y aristocráticos. De carácter impresionable, despreciativo y vanidoso. Por su avaricia, inmadurez y deseos de aventuras poetizadas y fuera de la realidad, se enamora de uno de los bandidos más temidos.
EL ZARCO: Personaje principal. Joven de pocos principios, holgazán, envidioso, vanidoso, ambicioso y cobarde que se gana la vida robando y asesinando despiadadamente a la gente honesta. Su educación fue distinta, pero sus anhelos por conseguir dinero fácil y su envidia hacia los demás, lo llevaron a la vida de crápula.
NICOLÁS: Personaje principal. Joven de rasgos indios y de carácter honesto, bueno, generoso, con principios, valiente, orgulloso y puro. Cortejaba a Manuela, pero era despreciado y cuando descubre el amor verdadero de Pilar, tiene la humildad de reconocer su error y de luchar por lo que ama y cree.
PILAR: Personaje secundario. Ahijada de Doña Antonia por ser huérfana desde pequeña. Joven agradecida, humilde, generosa, bondadosa, reservada y de corazón íntegro y noble. Por respeto a su madrina y a Manuela, oculta su amor puro por Nicolás.
DOÑA ANTONIA: Personaje secundario. Madre de Manuela, honesta y precavida que vela por el bienestar de su hija. Desea que Manuela se case con Nicolás porque puede ver en él grandes virtudes, pero sufre una terrible decepción que la lleva a la muerte.
MARTÍN SÁNCHEZ: Personaje secundario. Personaje histórico la igual que el Zarco que se convierte en el defensor de la gente honrada y desamparada por el gobierno. Por su sed de venganza y sus principios, logra exterminar a los bandidos del Sur del Estado de México
                                                 

EL ZARCO parte 3 (final)

El Presidente Juárez

Martín Sánchez estaba indignado porque los bandidos salieron libres y seguían embistiendo impunemente. Pues eran protegidos por emisarios y gobernantes corruptos que aceptaban sobornos.
El Zarco se recuperó de sus heridas y cuando iban a trasladarlo a Cuernavaca, la comitiva fue asaltada por los plateados.
Martín Sánchez tomó la resolución de hablar con el Presidente para obtener las facultades de fusilar a los bandidos.
En aquella época, pese al triunfo de la Guerra de Reforma, la lucha continuaba contra miles de adversarios y peligros, como la Independencia Nacional.

El albazo

Pocos días después de la entrevista, Nicolás y Pilar festejaron su matrimonio. Al efecto, se dispuso una cabalgata que debía de servir de cortejo al guayín, con los esposos, el cura y los amigos. Pero poco antes de llegar al lugar donde cantaba al búho cuando pasaba el Zarco, fueron interceptados por Martín Sánchez y sus soldados. Martín no deseaba faltarle el respeto a Nicolás, pero acababan de atrapar al Zarco y al Tigre, que venían a raptar a Pilar y cobrar venganza contra Nicolás el día de su boda. De pronto Manuela se abrió paso entre las filas del jinete y le rogó a Nicolás y Pilar que no mataran al Zarco, éste pidió que no lo hicieran, pero Martín estaba resuelto. Pilar entró en llanto y la pareja intentó llevarse a Manuela, pero ella prefirió quedarse a morir con el Zarco.
Pilar y Nicolás continuaron su cortejo y Martín Sánchez se disponía a matar al Zarco y al Tigre. Éste último estaba desconcertado porque había delatado el plan, pero Martín no se compadeció y colgó al Zarco del árbol donde se postraba el búho de mal agüero. Manuela pareció despertar de un sueño, se levantó y sin ver el cadáver de su amante soltó un grito y cayó al suelo. Dos soldados fueron a levantarla, pero al ver que arrojaba sangre de su boca y su cuerpo estaba rígido, supieron que ya estaba muerta.



                                                                             FIN




EL ZARCO parte 2

El comandante
El prefecto de la ciudad esperaba la tropa para enterarse de los avances en busca de los bandidos. El comandante informó que habían atrapado y colgado a algunos presuntos bandidos -en realidad campesinos pobres y culpables por sospecha- de ser informante. Y el comandante justificaba su negativa al decir que los bandidos probablemente estaban muy lejos, pero Nicolás desmintió esta versión al dar su testimonio y se ofreció para guiar a los policías hasta Xochimancas. En ese momento surgió una fuerte disputa entre el comandante y Nicolás, pues éste último acusaba al militar de ser un cobarde y de faltar a su responsabilidad de trabajo. s de los plateados.

 Pilar
La pobre Pilar había ocultado durante todo este tiempo su amor por Nicolás, el cual se manifestó sin mayor timidez o cuidado en cuanto se enteró de que éste fue tomado prisionero.
Después de que Doña Antonia cayó en cama con fiebre, Pilar buscó al prefecto para rogarle que cuidaran a Nicolás e impidieran que los militares cometiesen alguna arbitrariedad. Como Nicolás era un muchacho querido por el pueblo por su honradez y sencillez, prometieron estar en todo momento con él.
  Y este se percató de lo que Pilar le decía la militar y comprendió el profundo y puro amor que ella sentía por él. Todo este tiempo se había preocupado por ganarse el amor de la ingrata de Manuela, recibiendo a cambio el peor desprecio, mientras que la honrada y pura de Pilar siempre mantuvo su amor por él en un dulce y discreto secreto. A partir de ese momento, comenzó a nacer un enorme amor por Pilar; la veía como un ángel que él no podía merecer y lo único que deseaba era salir de esa difícil situación para estar a su lado.
El comandante regresó un poco borracho y levantó el campamento. Se llevaron a Nicolás y al llegar a las afueras de Yautepec se encontraron con una grande comitiva conformada por el prefecto, los regidores, el administrador de Atlihuayan, de sus dependientes y de otros  muy bien armados, bloqueando el camino para acompañar al comandante y al ejército hasta donde llevasen a Nicolás y ver de que nada malo le ocurriese hasta que éste fuera declarado culpable por un crimen inexistente.
Así como las autoridades de Cuautla se dirigieron al Gobierno Estatal y al Gobierno Federal  y tras numerosos oficios e informes, al tercer día de la aprensión de Nicolás, el comandante recibió la orden de ponerlo en libertad y regresar a México para explicar sus actos.
 El Amor Bueno

Desde su salida de Yautepec, Nicolás no había hecho más que pensar en Pilar y Doña Antonia. Estaba seguro de que Pilar estaba cuidando de la salud de Doña Antonia, pues era tan buena como un ángel. Nicolás se sentía afortunado de no haberse comprometido con Manuela (un demonio que sólo sentía desprecio y repugnancia por él) y por haber descubierto un dulce, tierno y buen amor por Pilar, quien ante sus ojos, era demasiado buena para él y le proclamaba admiración y respeto.
Un Ángel

Tras ser liberado, Nicolás fue a casa de Doña Antonia y se encontró con Pilar, a quien le manifestó su amor, mucho más puro, verdadero y grande que el que llegó a sentir por Manuela. Pilar también confiesa que lo ama pero antes deben de preocuparse por la salud de Doña Antonia, quien se encuentra muy grave abatida por la fiebre y la desgracia y los doctores advirtieron que no tiene remedio. Nicolás siente una profunda tristeza  por la noticia.

La Agonía

Nicolás entró al cuarto de Doña Antonia y esta se alegró mucho de verle. Al caer la noche, Doña Antonia falleció. Para Pilar fue un golpe muy fuerte, pues Doña Antonia había sido su segunda madre y protectora. Los bienes de Doña Antonia pasaron al estado y Nicolás le propuso matrimonio a Pilar para celebrar la boda en cuanto termine su luto.
Entre los bandidos

Durante la época en que los bandidos eran dueños impunes de la Tierra Caliente, se suscitaba la guerra de Reforma en contra del clero. Manuela fantaseaba sobre aventuras peligrosas e intrépidas al lado del Zarco, que en lugar de asustarla, le causaban emociones punzantes; confiaba en que su amado no sería capturado, pues los militares no se enfrentaban ante un grupo de bandidos tan grande y bien organizado.
Tambien dice que.
 El Zarco no frenaba a sus compañeros y Manuela se sentía intimidada y humillada por el comportamiento de su amado, no estaba acostumbrada a ver semejantes escenarios y pensó que Nicolás, aquel indio al que tanto despreció, la hubiera defendido al instante de esos truhanes. En ese instante, surgió el gusano del desprecio por el Zarco en el corazón de Manuela.
Pero tambien algo ocurrio entre el Zarco y Manuela.
El Zarco dejó a Manuelita en un rincón, diciéndole que, por ahora, esto era lo único que podía ofrecerle, pero algún día mejoraría su situación. La joven se sintió aterrada y desamparada al escuchar las voces agudas de las mujeres, las risotadas y blasfemias de los bandidos ebrios y al aspirar aquella atmósfera pesada, pestilente como la de una cárcel; no pudo menos que pensar en el terrible error que había cometido.
Xochimancas

De 1861 a 1862, Xochimancas sirvió de cuartel general de los temibles plateados. Era una hacienda en ruinas, una finca de campo con buenos terrenos propios para el cultivo de la caña de azúcar o del maíz. Al parecer, perteneció a los españoles durante la colonia.
Tambien dice que al final Xochimancas quedo en ruinas y guarida de fieras y reptiles y finalmente en madriguera de ladrones.
El primer día

Manuela estaba habituada a su vida sencilla, educada y honrada. Como estaba enamorada del joven bandido. Pero; Manuela se percató de la dura realidad, pese a los constantes cuidados de su amado, quien ordenó a las mujeres que la cuidaran y entretuvieran y le regaló todos sus tesoros.
La Orgía

Manuela no tuvo más remedio que familiarizarse a la vida que había escogido. Entabló amistad con una mujer que también provenía de Yautepec y conocía bien a su gente, en especial a Nicolás. Esta mujer le dijo a Maneula que había cometido un grave error al escoger al Zarco, pues Nicolás la hubiera cuidado y amado bien, mientras que el Zarco era de mal genio y podría incluso golpearla algún día si no cambiaba su actitud apática, despreciativa y triste. Todas estas razones entraron en la mente de Manuela, y el Zarco se desvirtuaba completamente mientras que nacía un enorme amor por aquel indio al que tanto habría despreciado.

Martín Sánchez Chagollán

Martín Sánchez era un hombre de 50 años, estatura pequeña, cabeza redonda, de ojos verdosos y vivos,, nariz aguileña, cara morena, boca delgada y labios fruncidos. No era un hombre desconocido en Xochimancas, pues tiempo atrás, los Plateados fueron a su rancho para saquearlo y asesinaron a su padre anciano y a uno de sus hijos cuando él se encontraba en México con su esposa.
Martín Sánchez fue un personaje histórico que ayudó, en gran medida, a capturar a los bandidos del Sur del Estado de México; asimismo, se convirtió en el representante del pueblo honrado y desamparado, rústico y feroz, también implacable.

El asalto

La Calavera era una venta del antiguo camino carretero de México a Cuautla. Allí se encontraban Martín Sánchez y cuarenta hombres bien uniformados de negro y sin adornos –en protesta a los plateados que iban cargados de adornos-, con caballos fuertes y bien armados. Pero tambien hubo algo entre ellosque finalizo en una paelea. La pelea duró poco, pues los bandidos huyeron despavoridos dejando libre el cargamento. Entre tanto, los soldados que buscaban más bandidos encontraron a Manuela y al Zarco. Martín Sánchez se estremeció de gozo al saber que el Zarco estaba en sus manos. Iba a colgarlo tan pronto amaneciera, pero a la madrugada llegó la autoridad de Morelos con la fuerza y las camillas. Martín tuvo que entregar a los bandidos prisioneros y heridos junto con Manuela, quien se cubrió el rostro con el rebozo por la vergüenza que sentía. Así marcharon a Morelos, Martín y sus soldados, para curarse de sus graves heridas, y Nicolás a Yautepec, para preparar su matrimonio.

miércoles, 11 de enero de 2012

EL ZARCO

El Terror
Una noche de agosto de 1861, la población se resguardaba temprano en sus casas por el terror que le tenían a los bandidos, conocidos comúnmente como los plateados pues éstos realizaban impunemente saqueos, matanzas, raptos, incendios y exterminios en los pueblos y haciendas aledañas  al sur del Estado de México. Yautepec no estaba exento de dichos asaltos, así que de día colocaban vigías en las torres de las iglesias para dar aviso a la población de la llegada y partida de bandoleros, de esta forma, los habitantes de Yautepec tenían tiempo de esconderse en sus casas y las iglesias. Pero esto de noche era imposible, así que estaban siempre expuestos.
Las dos amigas
En un huerto en Yautepec, vivían Manuela –joven de 20 años, tez pálida, ojos negros, cejas aterciopeladas, cabello negro y con aspecto aristocrático- y Doña Antonia –madre de Manuela, anciana de buenas costumbres y honrada. Esta última tenía una ahijada más o menos de la misma edad que Manuela, Pilar –joven morena criolla que denuncia a la hija humilde del pueblo y con carácter opuesto a Manuela- que era huérfana pero Doña Antonia se había encargado de cuidarla desde pequeña.
Nicolás
Nicolás era un joven trigueño, con el tipo indígena bien marcado pero de cuerpo alto y esbelto, de formas hercúleas, con ojos negros y dulces, nariz aguileña, boca grande, fuerte y varonil. Intentaba diferenciarse de los demás por su modo de vestir y visitaba todos los días a Doña Antonia y Manuelita.
En la hacienda donde trabaja Nicolás, todos los hombres se han unido para protegerla y han expulsado a los informantes y cómplices de los bandidos.
Este día en particular, le informó a Doña Antonia que vendría a Yautepec una guardia del gobierno porque los bandidos habían asesinado una familia rica y extranjera en la carretera rumbo a Acapulco.

El Zarco
Mientras esto acontecía, al caer la noche, cerca de la hacienda de Atlihuayan, había un hombre joven de 30 años, alto, bien proporcionado, de espaldas hercúleas y cubierto literalmente de plata, temido y conocido por la gente como El Zarco por el verdor de sus ojos.

La Entrevista
El Zarco visitaba, algunas noches, a Manuelita, con quien mantenía cortejo y le regalaba joyas y dinero. Nadie en el pueblo sospechaba de la relación entre estos dos, pues nadie se atrevía ni a asomarse por la noche por temor a los plateados. No obstante, se rumoraba que en noches de lluvia, aparecían marcas de caballo al lado de la barda del huerto, pero Doña Antonia, nunca se enteró de dichos rumores.
Manuela alertó al Zarco sobre la llegada de la guardia militar y sobre la partida a México que planea su madre para los próximos días. Cegada por el amor y la codicia, le pide al Zarco que la rescate cuando esté en la carretera con la guardia y su madre, pero el Zarco sabe que esta maniobra es peligrosa y sus compañeros no se arriesgan tan fácilmente si no hay ganancias de por medio.

La Adelfa
A un costado de la Adelfa en el huerto de Doña Antonia, Manuela escondía en una bolsa de cuero  enterrada las cosas que el Zarco le regalaba con frecuencia. Esa noche le había traído joyas del asalto a los extranjeros rumbo a Acapulco que consistían en un anillo enorme de brillantes, una pulsera con dos serpientes de brillantes y unos pendientes que tenían marcas de sangre. No obstante, esto no le preocupó a Manuela y se probó sus nuevas joyas. Su rostro y su conciencia se habían transformado en codicia y vanidad. Aquella dulce muchacha que tejía guirnaldas en el huerto, tenía mirada malvada y vanidosa.
Manuela ocultó sus regalos en la bolsa de cuero, volvió a enterrar su tesoro y se fue a dormir.
Quién era el Zarco
El Zarco era hijo de honrados padres que deseaban inculcarle buenos valores y amor al trabajo, pero él era de carácter rebelde y holgazán por naturaleza y pronto se hartó de las múltiples tareas que debía cumplir y de la escuela. Se fue de su casa muy joven y vivió por diversos periodos en haciendas donde cuidaba caballos. Tampoco era muy querido en su trabajo porque era holgazán, con cierta codicia, no amaba a nadie y envidiaba a los demás.
Era un joven de buena figura, de color blanco impuro, ojos color azul claro, de cabello rubio pálido y cuerpo esbelto y vigoroso.
Por fin, cansado de aquella vida de servidumbre, el Zarco huyó con unos cuantos caballos para venderlos y se juntó con una nube de bandidos.
 El Zarco logró escapar a Puebla, en donde continuó con sus actividades ilegales. También eran famosas las crueles venganzas que el Zarco empeñaba contra los dueños de las haciendas donde había trabajado.
El Búho
En su camino rumbo a Xochimancas el Zarco meditaba sobre su futuro. Deseaba a Manuela porque era la más rica y hermosa de Yautepec, por su propia vanidad, más no la amaba. Pensaba que al casarse con ella rompería con su estatus vanidoso entre sus amigos bandidos: podía tener una querida como ella, más no casarse. Tampoco le atraía dejar la vida que llevaba, a pesar de que podía vender la mercancía robada y comprarse un rancho, pero al Zarco no le gustaba trabajar y algún día lo encarcelarían por sus fechorías pasadas. De pronto un tecolote cantó cuando el Zarco pasaba debajo de un árbol y en su mente supersticiosa sucumbió el temor por el canto que todas las noches se repetía cuando éste pasaba por el mismo lugar.
La fuga

Al día siguiente, Nicolás visitó a Doña Antonia para informarle que la tropa arribaría a Yautepec al día siguiente por la mañana y estaría muy poco tiempo en el pueblo. Doña Antonio le pidió que vendiera su huerto y que fuera a visitarlas a México. Entre tanto, Manuela dormitaba en su cuarto porque debía guardar fuerzas para su fuga nocturna y su madre pensaba que ella estaba enferma.
Antes de marcharse, Nicolás prometió ayudar a Doña Antonia en lo que le pedía, pues le tenía gran estima.
Por la noche, Doña Antonia trató de conciliar el sueño, pero una fuerte tormenta se desató a la hora que Manuela debía alistarse y se sintió invadida por pesadumbre y malos presentimientos. Por su parte, Manuela, como toda mujer enamorada, no prestó cuidado al mal clima y tuvo la motivación para salir al jardín descalza en medio de una lluvia torrencial, desenterrar su tesoro y esperar a su amado.
El Zarco llegó al huerto con unos amigos, subió a Manuela al caballo y se fugaron de Yautepec.
Antonia
Doña Antonia pasó muy mala noche, no podía dormir y a media noche escuchó rumores, pero los atribuía a su imaginación y a la fuerte tormenta y no deseaba salir a revisar para no molestar a su pobre hija.
A la mañana siguiente, fue al cuarto de Manuela y al no encontrarla allí, salió al jardín a buscarla. Todo estaba mojado y había mucha maleza. Doña Antonia no imaginaba lo que le esperaba, por el contrario, pensaba en la insensatez de Manuela al salir tan temprano al huerto empapado. Una serie de pequeñas huellas de pies descalzos la guiaron hasta la barda por donde salió Manuelita. Allí se encontró con las huellas de varios caballos y entonces comprendió que algo terrible había pasado

La Carta

Mientras observaban en el jardín las dejadas por Manuela, un joven llegó a casa de Doña Antonia con una carta de Manuela, la cual le entregaron unos bandidos en la carretera. La carta era de Manuela para su madre, en donde decía que se fugaba con un hombre que la hacía feliz y que cualquier esfuerzo por encontrarla, era inútil. Doña Antonia estaba desecha y mortificada por la carta y por un momento dudó de Nicolás, pero tanto Pilar como sus tíos dijeron inmediatamente que esto era imposible y Doña Antonia se sintió culpable por dudar de la honradez y bondad de Nicolás. Al poco rato, este llegó a casa de Doña Antonia porque había escuchado ciertos rumores sobre una joven muy hermosa cabalgando con el Zarco y los plateados. Al leer la carta de Manuela comprendió que ella se había fugado con el Zarco y en verdad era inútil rescatarla, porque ella se había ido por su propia voluntad.

ZARCO, YAUTEPEC

Es un pueblo ubicado en la carretera libre de Cuernavaca, rumbo a Tepoztlán. Las casas están decoradas con colores chillantes y crecen durante todo el año, naranjos y limoneros.
La población es tranquila, laboriosa, pacífica, sincera, sencilla y hospitalaria. En el aspecto político, dependen de Cuernavaca.